“DIARIO DE UN POLVORÓN”
Hola, me llamo Almendrado
y esta es mi historia; con ella no solo quiero que paséis en rato entretenido,
también deseo, que aprendáis un poco como es el proceso que realizáis todos los
días y que va desde que saboreáis la deliciosa comida que os preparan vuestros
padres, abuel@s, niñer@s, etcétera, hasta que por decirlo de una manera algo
refinada acaba cuando tiráis de la cadena.
Este trabajo que realiza
nuestro aparato digestivo a vosotros os parece insignificante pero os puedo
asegurar de primera mano que lleva un montón de dedicación.
Volvamos a mi historia.
Aquí estoy; en una vistosa
bandeja que hay en medio de unos grandes almacenes (un lugar muy estresante si
se visita en la época de Navidad);
echándole un vistazo a ver qué persona me compra. Me gustaría que fuera
alguien con una familia, para saber cómo vosotros, los niños, festejáis esta
fiesta, qué regalos os pedís y después en Nochebuena después de haberos
conocido ya estaré listo para ser comido, pensaréis que mi deseo es una
tontería, pues no, para mí es todo un lujo poder observar de cerca cómo
reacciona el ser humano ante cada situación... ¡OH! ¡Ese casi me mete en la bolsa! Pero al
parecer no le gustan las almendras. ¡Ahí viene una niña! ¡Jo! Prefiere los de
chocolate. Al parecer hoy no tengo un buen día, a lo mejor mañana… ¡Sí! ¡Lo
conseguí! Ya estoy metido en una bolsa, estoy viendo a algunos de mis vecinos,
sí, sí, no me equivoco, aquel es Don Rosco de Vino, también están los
revoltosos Coco y Cacao, por separado son muy tranquilos pero cuando se
juntan…
¡AH! Estoy contentísimo,
lo he logrado voy a ir a una casa de verdad. ¡YUPIII! Podré ver como es la Navidad
esto es mucho mejor de lo que me imaginaba…
¡No! No puede pasar ya he
salido de la tienda y esta chica está a punto de devorarme. ¡Todavía no quiero
que me coman!
¡OH! Ya es demasiado
tarde, estoy en su boca.
¡AY! ¿Qué es esto? Son los
dientes, me están masticando… ¡PUAJ! ¡Qué asco! Las glándulas salivales ya se
han puesto a trabajar y entre que me han masticado y que me han mezclado con la
saliva he dejado de ser un delicioso polvorón de almendra y me he convertido en
el bolo alimenticio y ahora estoy pasando por la faringe y por el esófago,
¡UFF! Por fin he llegado al estómago, aquí se producen los jugos gástricos.
¡UU! ¡Esto es genial! Todo se está moviendo y me estoy empapando gracias a los
jugos que mencioné antes.
Y está vez también me he
vuelto a transformar, ahora soy el quimo, una papilla con los alimentos
parcialmente digeridos, pero mi viaje no ha acabado, en este momento estoy
atravesando el intestino delgado donde me voy a mezclar con los jugos
intestinales, el jugo pancreático y la bilis, con esto se acaba la digestión.
Me convierto en el quilo, mis nutrientes deben pasar a la sangre para ser
útiles, esto me ocurrirá en el proceso de absorción, que se lleva a cabo en el
intestino delgado, este, en su interior posee las vellosidades intestinales,
dentro de ellas están los capilares sanguíneos y gracias a ellos se aprovechan
mejor mis nutrientes. Tras este proceso en el intestino solo quedan los
nutrientes que ya no sirven para nada, acabo de pasar el intestino delgado y
estoy pasando por el grueso, ya estoy a punto
de ser desechado y nos tenemos que despedir… ¡ADIOOOOS!
AITANA OROZCO TEIJEIRO
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